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la universidad? y ahora?

“Llegó la hora de decidir mi futuro. Tengo 18 años o más, y siento que la decisión que tome hoy va a cambiar mi vida: voy para la facultad? Voy ya a trabajar? Y si elijo mal? Habrá cómo darle la vuelta?”

Es un dilema con el que muchos de los jóvenes se encuentran a esta altura del año. Incluso estando convencido en tu decisión, candidatura, carrera o trabajo, seguramente ya te pusiste a pensar “qué voy a hacer”, “cómo voy a hacer” y “es lo que me gusta, pero será que debo ir por aquí?”.

 Vamos entonces a hablar respecto a grandes decisiones de la vida tomadas cuando todavía eres jóven y que te van a ayudar en esta etapa importante para tí.

Antes que nada, tienes que responder a esta pregunta: “Sabes quién eres tú?”. Tu respuesta a esta pregunta dice mucho sobre ti. Fíjate que no te preguntamos “Lo que haces/consigues hacer/gustos/hobbies…”, la pregunta es sobre quién eres tú. Si en la respuesta referiste tu nombre y tu edad, ya es un buen paso, con todo lo más importante: ERES CREACIÓN DE DIOS. Más allá de ser creación, ERES HIJO DE DIOS. Y tú preguntas “ok, es verdad, pero en qué es que esto me va a ayudar en esta decisión? Hasta ya hablé con Dios, pedí ayuda, pero parece que todo está igual”.

Ser, actuar y vivir como un verdadero Hijo de Dios implica tener una CONFIANZA y DEPENDENCIA en Dios. Significa que no tratemos de entender porqués cuando quien lidera el proceso sabe lo que hace. Entonces, por aquí ya entiendes que Dios hasta te puede indicar una carrera y/o trabajo, pero de aquí a un tiempo Él necesitarte en otro lugar, en un área profesional diferente, que seas hombre/mujer de negocios, que seas una persona de referencia en esta sociedad… Entonces quiero que sepas que tu carrera o empleo no limita al plan de Dios para ti. Por otro lado, tú tampoco limites a Dios, simplemente porque tienes una carrera en el área X y ahora Dios está usándote en el área Y. Al final, cuando entregaste la vida a Jesús dijiste “guía mi vida, eres mi SEÑOR”. Tú diste permiso para que Dios guiase tu vida, prepára-te para entrar en el PROPÓSITO que Dios tiene para ti, y que no debe ser limitado por tus aprendizajes, competencias academicas o profesionales.

Espera en Dios! Cuál es la prisa? Dios nunca llegó atrasado, incluso, aún cuando muchas de las veces pensaron que no había solución, más allá de Él haber llegado a tiempo, todavía abrió caminos donde no existían. Dios va a revelarte lo que debes hacer: si ir ya a la facultad, cual carrera de la facultad, si debes primero trabajar y después si ir a estudar, o cualquier outra cuestión… yo no se la respuesta, tus amigos no lo saben, tus familiares tampoco… solo Dios! No es tu edad que va a limitar a Dios a actuar en tu vida. No es ese número que dicta el modo en como tu propósito va a acontecer. Dios no se apresura ni es influenciado por tu edad. Con Dios es en el tiempo correcto. Una vez más, aprende a ESPERAR y CONFIAR en Dios. Usa el tiempo de espera para aproximarte más a Deus y desarollar este vínculo de Hijo y Padre.

No es tu carrera o área profesional que van a definir tu vida, es el modo en como te dejas ser moldeado y guiado por Dios. Cuando entras en el PROPÓSITO de Dios para ti, nada es por casualidad: todo lo que acontece tiene una razón de ser, simplemente CONFÍA.

Tu valor no depende de la carrera que sigas, ni del empleo que tengas, ni en el salario que tú vas a recibir: nada de eso refleja tu valor A LOS OJOS DE DIOS. Tu valor ya fue pago por Jesús. Dios no te va a pedir una carrera o trabajo para que te conviertas en “alguien más importante y ahora si, puedas ser llamado Su Hijo”. No! Nada de eso aumentará tu valor.

Debes pedir ayuda a Dios para que entres en tu PROPÓSITO: tu misión de vida que se va a reflejar en almas ganadas para Jesús, y no en el aumento de tu valor personal. Esos discursos de “Haz este curso para que te vean bien, ganes mucho, tengas muchos seguidores…” son un engaño. Nada de estas ideologías te deben motivar a entrar en una carrera o trabajo. La verdad, son objetivos de vida que apartan a las personas de Dios por quedar ciegas en busca de cosas que solo son válidas aquí en la tierra. Tu desición debe ir siempre al encuentro del PROPÓSITO y, aunque todavía no sepas cuál es, CONFÍA en Dios. El propósito no es una finish line que ultrapasas, sino toda la caminata que haces con Dios

Aprende a ser guiado por el Espíritu Santo de Dios. Oye Su voz, como te sientes cuando piensas en una carrera o trabajo específico? Ya oraste? Entonces aguarda, continúa esperando. Recuerda que el Espíritu Santo no te va a hablar cosas contrarias a la Palabra ni cosas cuyo objetivo es alcanzar o ir por caminos que te apartan de Dios, de la Iglesia, de la Palabra. Tu decisión no es sobre “tener mucho y llevar tu nombre por el mundo”, sino sobre “ser útil para Dios, servirle, honrarlo y llevar a Salvación a los perdidos” y así vas a ser verdaderamente felíz.

Gálata 5: 22
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Porque los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y concupiscencias. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.

Y ahora, cuando fueres para la facultad o trabajar, recuerda que estás allá con una misión – aprender para aplicar en el área que Dios precisa de ti. Vas a adquirir herramientas técnicas para desempeñar la tarea profesional o las funciones que Dios necesita que desempeñes. No te engañes: no es para ser influenciado, es para que seas un influenciador. No te involucres en hábitos que no son correctos, ni en costumbres que te apartan de Dios, aunque sean “brutales” a los ojos del mundo. Vuélvete consciente de quién eres, y a quién representas.

Resumiendo, vive con Deus. Desenvuelve tu relación con Dios. Aunque no entiendas algunas cosas, vas a ver que es lo mejor que puede pasar, simplemente porque es tu Creador quien guía tu proceso. CONFÍA.

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