Como cristianos, debemos tener consciencia de que vivimos en constante guerra espiritual. Nacemos bajo el sistema del pecado, y no existe una sola persona que sea justa y que merezca la salvación eterna. 

“Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; 

No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.” 

Romanos 3: 12

Y después terminamos trazando un camino para la perdición, Dios derramó su misericordia sobre nosotros, enviando un plan B. Jesus, en acto de obediencia y amor, aceptaría la muerte por los pecados y errores que no eran de Él. Entonces, através de la desobediencia, todos nosotros nos volvimos pecadores; más por la obediencia de un solo hombre muchos se volverán justos. 

“ Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.”

Romanos 5:19

Dentro de nosotros existen dos esencias que batallan entre sí: el espíritu, que es guiado por la Palabra de Dios; y la carne, dirigida por nuestra voluntad, deseos y pasiones. Y seguir a Dios se resume en un punto: matar nuestra carne (no dando oídos, ni obedeciendo a los deseos naturales), y viviendo por el espíritu (alimentándolo con la Palabra de Dios).  

Vivir la vida según nuestra naturaleza carnal es mucho más simple y práctico, es de esa forma que el mundo vive. Ellos se encuentran ciegos por el pecado, pecado es lo que nos aparta de Dios. A pesar de la praticidad de este modo de vida, él traza nuestro camino para una eternidad de dolor y sufrimiento.

Es una cuestión de elegir, si yo decido vivir la vida aprovechando cada deleite que el mundo da, al final yo perderé pasando la eternidad en las tinieblas. Pero si yo perdiere mi vida, dejare mis voluntades para hacer el querer de Dios, ahí yo estaré garantizado mi lugar cerca de Jesús para siempre.  

“Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. 26 Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?” 

Mateus 16:25-26

En resumen, existen puntos que deben ser seguidos:  

1. Asumir que somos pecadores y no merecemos nada que sea bueno. 

2. Ser agradecidos por el sacrificio que fue hecho para darnos salvación. 

3. Salir del sistema del mundo: actuando de forma opuesta a nuestros amigos. 

4. Oír y colocar en práctica la palabra de Dios